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Cuando llega el fatídico momento de la menopausia, se piensa que los dolores asociados al ciclo menstrual pronto se convertirán en un recuerdo lejano. ¡Bueno, ese no es exactamente el caso!

En algunos casos puede ocurrir que sientas molestos dolores en el bajo vientre que no causan poca preocupación. Por eso queremos dedicarnos a vosotras, mujeres, tranquilizaros y explicaros de forma sencilla cuáles pueden ser las causas probables, para mantener la calma y saber cómo ponerles remedio.

Por eso nos enfocamos en el dolor abdominal bajo en la menopausia y sus consecuencias, muchas veces ligadas a pérdidas que deben ser monitoreadas y reconocidas antes de tratar el problema.

¿Qué sucede en la menopausia?

Entrar en la menopausia significa atravesar el ciclo natural de la vida que cambia nuestro cuerpo a partir de los 50 años. ¡Pero no es una enfermedad o dolencia de la que escapar! Es un proceso biológico por el que todas las mujeres tenemos que pasar tarde o temprano. Esta fase comienza con el final de la menstruación (¡que no volverá nunca más!) y con algunos cambios hormonales. Específicamente, el cuerpo deja de producir estrógeno y progesterona e inhibe la capacidad de procrear.

Los desequilibrios no solo hormonales, sino también metabólicos y fisiológicos, conducen a la llegada de una precisa sintomatología que incluye sofocos repentinos, sudoración, alteraciones del sueño y sequedad íntima. Sin embargo, a veces los trastornos también se relacionan con la neuralgia de la espalda y la parte inferior del abdomen.

Dolor abdominal bajo en la menopausia.

dolor abdominal bajo en la menopausia

Ya hemos abordado el tema relacionado con 10 síntomas de la menopausia pero entre éstos no figuraban los dolores en el bajo vientre. El motivo es que no son un trastorno común a todas las mujeres, sino que se dan en determinadas circunstancias. Incluso si las consecuencias son las mismas, eso es preocupación, ansiedad y una inevitable caída de la libido. 

Si el dolor es persistente, es imprescindible concertar una visita con el ginecólogo, ya que podría tratarse de un problema más grave que puede relacionarse con una inflamación u otros problemas médicos.

Si por el contrario el dolor es esporádico entonces puede depender de causas más fáciles de identificar y resolver. A menudo, incluso se puede tratar con gimnasia relajante, técnicas de respiración y fisioterapia.

El dolor abdominal bajo suele ir acompañado de pérdidas que pueden ser de tres tipos: veamos cuáles son y cómo comportarse.

Dolor abdominal bajo y sangrado en la menopausia

Si junto con el dolor abdominal bajo en la menopausia también notas pérdida de sangre, es bueno monitorear el problema de inmediato. Naturalmente, no debemos atribuirlas al ciclo: entonces, ¿de qué se trata?

En términos médicos, el fenómeno se denomina manchado y en la mayoría de los casos está asociado a alteraciones hormonales. Suele atribuirse al estrés, que es lo que más sufre el organismo por los cambios en los niveles de estrógenos, pero es fundamental pedir una consulta médica para evitar el riesgo de infecciones, inflamaciones u otros problemas más graves.

¿Cuándo preocuparse y llamar al ginecólogo?

  • Si la pérdida de sangre es sustancial;
  • Si se vuelven persistentes;
  • Si ocurren inmediatamente después de la relación sexual;
  • Si está tomando algún medicamento.

Si el color es rojo brillante, pueden ser necesarias terapias hormonales adecuadas, incluso en forma de suplementos.

Secreción pardusca y dolor abdominal bajo en la menopausia

Si las fugas son de color marrón o rojo oscuro, el problema podría ser diferente. Lo mismo es cierto: no debemos subestimar lo que sucedió, sino intervenir de inmediato.

Aquí también, la fuente del problema son las hormonas, con sus desequilibrios que el cuerpo a menudo no está preparado para afrontar. Los cambios fisiológicos también conciernen al sistema genital que reacciona a su manera a estas diferencias que se producen en la menopausia. 

Sin embargo, las pérdidas de sangre de color marrón son menos graves que las de color rojo brillante, porque casi siempre ocurren en fases específicas de la vida de la mujer y se resuelven espontáneamente después de episodios esporádicos.

Secreción blanca y dolor abdominal bajo en la menopausia

También hay un tercer caso: la mujer experimenta dolor abdominal bajo acompañado de secreción blanca. La nueva condición fisiológica caracterizada por irregularidades menstruales provoca cambios en el pH íntimo y en el medio genital. 

Esto puede conducir a una reducción de la capacidad de defensa y por tanto a una mayor susceptibilidad a gérmenes y bacterias, causantes de infecciones íntimas. 

La secreción blanquecina muchas veces no solo se manifiesta con dolor sino también con un molesto picor y ardor íntimo, incluso en condiciones normales. Todos estos son signos que deberían advertir a la mujer que es hora de hacer una visita y asegurarse de que no hay nada de qué preocuparse. 

Sin embargo, es un trastorno frecuente en la menopausia, pero que suele resolverse en poco tiempo. 

Alteraciones y suplementos hormonales

dolor abdominal bajo en la menopausia

Dado que el dolor abdominal bajo en la menopausia, acompañado o no de secreción roja, pardusca o blanquecina, depende de los cambios hormonales, es precisamente aquí donde se debe actuar. Y se puede hacer con métodos absolutamente naturales y sin recurrir a fármacos.

¿Como? Usar suplementos herbales saludables o vitaminas, que modulan los niveles hormonales, reducen el estrés físico y emocional y combaten los síntomas de la menopausia. Su acción es también preventiva y no tienen contraindicaciones. 

Suplementos de hierbas

Esto es lo que componen los suplementos herbales más efectivos con efectos beneficiosos y saludables:

  • salvia, contra los sofocos y la sudoración;
  • Valeriana y melisa, contra los cambios de humor y las alteraciones del sueño;
  • Maca y rhodiola, contra el estrés, la ansiedad y el cansancio, tanto físico como mental;
  • Alcachofa y guindilla, contra los cambios metabólicos;

suplementos vitamínicos

Existen tres tipos de suplementos a base de vitaminas que son buenos para la menopausia y combaten las neuralgias típicas de esta fase biológica:

  • vitaminas del grupo B para asegurar el nivel de energía correcto y contrarrestar el cansancio y la fatiga;
  • la vitamina C, para reforzar las defensas del organismo y regular el metabolismo;
  • Vitamina D, para la salud de los huesos, pero también para actuar como antioxidante y proteger las células del estrés oxidativo.

Un último consejo: además de recomendar siempre no ignorar el problema, siempre es útil informarse, hacerse controles periódicos y hablar con el médico. Para cuidar de sí mismo es necesario prevenir e intervenir cuando las alteraciones se vuelven crónicas, con el fin de obtener un diagnóstico preciso para ser tratado con prontitud, cuando sea necesario.

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